A Jonathan Mayorga.
Después del circo
cama vacía,
bebo en un bar mugriento de la carretera,
para agazapar el abandono de mi cuerpo,
la muerte se ha parado a un
costado de la estancia,
me mira con ojos de fuego.
No volveré a tocarte
acabé de leer doscientas veces la
carta
para finalmente decidir no
enviarla.
Te tengo respeto,
aunque me masturbe con tu ausencia,
te tengo respeto.
Que hermosa es la casa sin el
ruido
de la vergüenza que siente una
mujer
de cuarenta y dos años
abrazada por el desempleo
y la falta de amor propio.
No me reconozco
ni a estas paredes
de las cuales quiero huir.
Me palpo el sexo
y lloro,
no sé si por la conmoción
de tener en mis manos la guarida
de lobos
o porque sé que no hay bocas que
calmen su hambre.
Te extraño ¿sabes?
Ayer le hablé de ti
al pájaro que
dormía en mi lóbulo izquierdo,
ahora yace decapitado.
Texto: Yuliana Ortiz.
Fotografía: Nightmare in Wonderland.
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