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jueves, 25 de diciembre de 2014

XVI


A mi vuelta
madre ha escondido los cadáveres en el entretecho
finjo no saber de ellos
coloco dos algodones con cloroformo
en mis ventanas nasales,
tomo el café antes de destrozarme en el suelo.
El hedor entra por mis oídos
zumba mi cabeza.

Madre,
experta en reír
aún cuando brotan gusanos de su sien
bebe a sorbitos lentos el café,
tarareando la canción
de mi descenso.

¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para  percatarse que la niña ha muerto
y que en ese mismo instante doce buitres se disputan sus residuos?

Madre sostiene el vestido verde con encajes
Y baila un vals desolador
mimando a una niña inexistente.


























Texto: Yuliana Ortiz Ruano.
Pintura: Kalmakoff Nicholas - Atlas and the Hesperides - 1911 

domingo, 21 de diciembre de 2014

RADIOGRAFÍA


“Es preciso acabar con el Espíritu como con la literatura. Quiero decir que el Espíritu y la vida se encuentran en todos los grados. 

Yo quisiera hacer un libro que altere a los hombres, que sea como una puerta abierta que los lleve a un lugar al que nadie hubiera consentido en ir, una puerta simplemente ligada con la realidad. 
Y esto no es el prefacio de un libro, como tampoco lo son los poemas que lo indican en la lista de todas las furias del malestar. 

El ombligo de los limbos
Antonin Artaud.
Lo que ven es el reflejo de la autodestrucción de mi carne,
la refracción de mis huesos
en el dique de acero de las calles
que esperan mi retorno.

He mordido tantas manos
hasta hacerlas sangrar
perdiendo la cuenta de los cortes cárnicos entre mis dientes.
No hay nada más sublime
que el crujir de los huesos
cayendo de bruces en mi paladar.

Veo el nevado servido en la mesa,
me ajusto los lentes,
despliego mi lengua
y de un respiro
llueven rocas en mi vientre (cuna de perros famélicos). 

Insomne
nado desnuda
en el torrente sanguíneo de esta ciudad,
aquelarre de frustraciones y sueños embotellados.

Los perros se devoran entre sí,
sus cadáveres
le sirven de sostén
a mi osamenta.

Texto: Yuliana Ortiz Ruano.
Pintura: Kalmakoff Nicholas - Salomé

sábado, 20 de diciembre de 2014

X.



                                                                                  A Jonathan Mayorga. 

Después del circo
cama vacía,
bebo  en un bar mugriento de la carretera,
para  agazapar el abandono de mi cuerpo,
la muerte se ha parado a un costado de la estancia,
me mira con ojos de fuego.

No volveré a tocarte
acabé de leer doscientas veces la carta
para finalmente decidir no enviarla.
Te tengo respeto,
aunque me masturbe con  tu ausencia,
te tengo respeto.

Que hermosa es la casa sin el ruido
de la vergüenza que siente una mujer
de cuarenta y dos años
abrazada por el desempleo
y la falta de amor propio.

No me reconozco
ni a estas paredes
de las cuales quiero huir.

Me palpo el sexo
y lloro,
no sé si por la conmoción
de tener en mis manos la guarida de lobos
o porque sé que no hay bocas que calmen su hambre.

Te extraño ¿sabes?
Ayer le hablé de ti
al pájaro que
dormía en mi lóbulo izquierdo,

ahora yace decapitado.





















Texto: Yuliana Ortiz.
Fotografía: Nightmare in Wonderland.

viernes, 19 de diciembre de 2014

V.

Emigraste de mí, cuando te dije que mi luna no estaba llena ni lo estará, que en mi vientre tengo la fuerza del Pacífico, y un llanto de tambores golpeados por manos callosas y negras.
Y lloraste insultos y maldiciones, al escuchar de mi garganta, que aunque soy mujer no estoy hecha para parir, mentiras, sumisiones o hijos, pues me muevo con el croar de las ranas que descienden de mis crespos y salvajes cabellos copulares.
Porque en el libraco de mi vida no está escrito esperar la muerte, sobria, bajo tus alas de pseudo-cóndor patriota, porque yo no tengo patria, porque mi patria es el canto primero de mis ancestros, en la isla de mi apellido materno.
Y corriste alrededor de mi cuello y me llamaste puta, y yo te respondí con el silencio, pues eso es lo que tengo, y te repetí, a pesar de que la asfixia me carcomía como hiena, que aunque soy mujer no estoy hecha para parir,
aunque soy mujer no estoy hecha…
aunque soy mujer no estoy…
aunque soy mujer…
aunque soy…
aunque… 
y me desvanecí.




Texto: Yuliana Ortiz Ruano.
Foto: Lightoff

jueves, 18 de diciembre de 2014

SOVOZ.

X.

Me quedo a lamer
el hondo ombligo envenenado
de la locura,
a besar los labios sangrientos
de la soledad.
En multitudes,
busco la tristeza
tan a fin a mí,
cuando vuela
la intento aprisionar,
la tomo por los cabellos,
lloro y la obligo a acompañarme,
a que  traiga consigo
el deforme cuerpo del insomnio,
que vengan en comparsa
las violetas medias lunas
bajo los secos ojos.
Pues ya no sé de cortarle los talones a la noche.
¿Por qué no vivir
bajo manto obscuro y briza?
Busco la tristeza,
busco sus caderas
las palpo como  a mí.
Busco muerte o verso,
como mirarse reflejado en un espejo
sin hallar diferencia.
Las Ítacas de ambas
son la nada.         




















Texto: Yuliana Ortiz Ruano.
Pintura: Frida Kahlo - Niña con Máscara de Muerte (Ella juega sola), 1938.