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martes, 30 de mayo de 2017

Divido el mundo por dos - Luisa Castro




I

Divido el mundo por dos.
No hace falta ser antigua para comprenderlo:
de un lado está mi cabeza,
del otro está mi padre pescando pez espada
en las costas irlandesas, en las heladas aguas
donde mis abuelos tenían
amantes jovencísimas
e hijos confundidos con nombres de botella.

Mi cabeza es pura inteligencia.
El trabajo de mi padre es domesticador.
Mi cabeza cabe en la boca del león.

Es siniestro
que yo me criase en la boca del león. Todas las noches
salíamos a echarles comida a los leones.
Me acuesto cansada,
Silvia,
todo el día
arrojando comida a los leones.
Mi padre me llama a gritos y tengo miedo
todo el día. Trabajo
todo el día.
Les tengo un miedo a los leones, un miedo...

Me acuesto con una pierna de menos
pero pienso en la otra y en los leones.
la ley de la selva es dura. Trabajo todo el día
y los romanos tienen unos látigos que dan un miedo...

Mi padre pescaba pez espada para que yo pudiese
-es siniestro-
alimentar al león con mi cabeza hermosísima.
Nunca puedo dormir sin que el bostezo de un león
me interrumpa el descanso.
Como tengo un cuerpo lindo
los leones me prefieren;
Comen con ojos y dientes.
Los romanos tienen unos látigos que dan un miedo...

Yo pienso de camino, sobre una sola pierna,
en la pierna que me queda.
Voy feliz porque soy inteligente.
Me acuesto
y enseguida me levanto: tienen hambre los leones.
¡Ah, maricón!,
los leones tienen un cerebro de mosquito
y yo soy inteligente.
Los romanos tienen unos látigos que dan un miedo...

Sobrevivo sin las piernas, este león
me devora la última, ¡ah, maricón!, qué cerebro
de mosquito,
quien me obligará a trabajar ahora
que no tengo piernas
para alimentar al león.

Me acuesto cansada de cintura para arriba.
De cintura para abajo soy pura inteligencia.
Los hijos de mi padre
se llamaban ron, caña, pez espada
yo
soy hija de mi padre,
el domesticador.

Quiero ver esas caras de jabón imperial.
Nunca me acariciaron.
Yo le metía mi inteligencia al león hasta el estómago
y no tenía miedo.

En la oreja izquierda llevo el pendiente
de una amante hermosísima.
Un día
mi abuelo me dijo: llevarás este pendiente
mientras la interpol permanezca
en aguas irlandesas,
vigilarás las mareas
mientras los labios de tu padre huelan a contrabando.

Dividido el mundo por dos.

De cintura para arriba soy pura inteligencia.
De cintura para abajo me gustan los leones.

Divido el mundo por dos.
Mi padre tiene las manos terminadas en punta
y vive en una casa sin remos.
Yo comeré toda mi vida apestosa carne de león.
No pasaré hambre.
Mi oreja izquierda sabe a pez espada


lunes, 29 de mayo de 2017

Eres un buen momento para morirme - Felix Francisco Casanova

A María José 

Amaneciendo y anocheciendo
a un mismo tiempo,
cariño, ¿no es ésta la forma
en que te gustaría vivir?
En mi cabeza hay un álbum
de fotos amarillentas
y lo voy completando con mis ojos,
con los más leves ruidos,
atrapando olores en el aire
y en cada sueño que sueño.
¿Sabes una cosa, pequeña?
La última página de mi álbum
tiene tu boca lluviosa mordiéndome un labio,
un disco de rock'n'roll
y calcetines de colores.
Mis ojos han sido rápidos,
te he hecho el amor con la ropa puesta
a través de una
larga pajita dorada
mientras cruzabas la calle
con el cabello ardiendo.
Pero ahora son tus pies
quienes dan mis pasos,
¡así que no te equivoques
pues me caería!
Te bebo en cada vaso de agua
que sacia mi sed,
mis palabras son claras como niños pequeños
o espesas como semen empapando cortinas,
pero hoy tengo que inventar
un nuevo idioma
para conversar con tus tiernos maullidos eléctricos
y los gritos de euforia
de la gente que vive en tu cabeza.
Debes saber que a veces
soy como un entierro interminable,
siempre triste y azul
subiendo y bajando
por la misma calle.
Pero otras veces soy un río de risa 
corriéndome por toda la ribera,
haciendo el amor a la mar,
una felicidad contagiosa,
un revólver de amor, nena,
y voy a disparar justo a tu corazón
¡bang bang!
¿te di?
Quiero arrollarte, enrollarte y arrullarte,
montaña de aguardiente 
y tarde rojiza.
Eres un buen momento para morirme.

(14 de diciembre del 75. último poema)










"Hace dieciocho años que estoy aquí. Un día en que estaba muy triste vi un blues pequeñito paseando solo por la carretera. Corrí a su encuentro y le tendí la mano, pero me rechazó. Lo intenté varias veces, mas no aceptaba. Entonces lo seguí con la vista, agazapado entre los matorrales. De repente la carretera se acabó y, justo en el momento en que caía al abismo, me arrastró con su mano."

domingo, 28 de mayo de 2017

M-a-c-h-á-n-k-a-r-a - Agustín Guambo

<soundtrack de las tierras desvirgadas del sur>
.-plegaria de un kaníbal urbano-.


es la noche
limpia mi silencio


mi hijo al que estoy matando es el primer ancestro que olvido


observemos el tejido del mar crecer entre nuestras manos 
[todo es terror] aún existen muchos sueños de androides y ginoides 
dispersos en la placenta cósmica que lamen los perros Hemos visto 
el fin de las aves el fin de los mamíferos el fin de los reptiles Hemos 
visto como las mejores mentes de nuestra generación se destrozan 
en facebook y nos ha parecido tristemente estúpido




[[[toca mi cerebro cicatrizado y mestizo apilado como un sol en tu tórax]]]









madre zurce constelaciones en su cuerpo padre es un árbol de roca que crece
en mitad de la noche abrigando pájaros no queda nada de piel ni nervio en la
neblina azulada que él contemplaba mientras el cáncer carcomía su sombra y
su adn alucinaba como un ave buscando imágenes en las estrías del viento
Padre ríe, ausente cruza el desierto de las amapolas, una estrella le señala
el herbívoro mar de nuestros ancestros
larvas de cal besan sus labios

¡w a ñ u s h k a k u n a m a n t a s h a m u n i!


es la noche
limpia mi silencio



-es-hora-de-activar-el-adn-ancestral-de-las-estrellas-
de-tender-el-canto-del-viento-sobre-árboles-esquizofrénicos-
ebrios-de-sol-inundemos-sus-credos-de-pequeñas-estalactitas-de-miedo-y-
asco-subamos-al-monte-más-alto-que-mis-ancestros-pudieron-crear-
con-el-barro-de-sus-lágrimas-y-miremos-los-destellos-de-las-auroras-
desgarrando-el-vientre-de-la-luna-dejémoslo-todo-dejémoslo-todo-
y-nuevemante-lancémonos-a-la-vía-láctea-como-animales-en-celo-
sonidos-ancestrales-envolverán-nuestro-adn-
barro-y-sudor-crearán-nuestros-sueños-
¡ah la poesía es un ser que caza!-
tú-no-eres-el-que la-busca-tú-no-eres-
el-que-la-seduce-la-poesía-te-caza-
la-poesía-te-caza-crea-monstruos-a-los-que-te-condena-
a-los-que-te-aferra- la-poesía-flota-en-tu-cerebro-como-el-aliento-de-dios-cuando-eyacula- y-la-fiebre-se-apodera-de-tus-venas-
mi hijo al que estoy matando es el primer ancestro que olvido


Oh! mis niños mutantes bajo el arcoíris el océano a sus pies esperando
la poesía como una revelación astral
Mis niños mutantes cabecitas negras
sueños que tropiezan y tropiezan y vuelven a tropezar con infinitas sinfonías lumínicas
células de sol y viento se abisman en sus ojos |
Mis niños mutantes golondrinas crecen entre sus sombras

S h i n a l l a m i k a n c h i k
I m a s h u t i t a k  k a m p a k t a t a y k a
I m a s h u t i t a k k a m p a k m a m a k a
K a y s h i m i k u n a t a k i l l k a s h u n
K a y s h i m i k u n a t a a l l i r i m a s h u n
K a r i
W a r m i


tecnología internet y basura pornoestrespornosaludpornoliteratura 
pornopornoporno 

a nadie le interesa si existe sangre en los insectos que aplastamos con las  
nalgas  
cada vez que bebemos bajo la lluvia sideral 
¿escuchas el llanto de los insectos? ¿escuchas el llanto de sus hijos? 
¿escuchas el llanto de los insectos? 
¿realmente lo puedes hacer?

es la noche limpia mi silencio

p o e s í a    y    m u e r t e

el sonido debajo de tu lengua cada vez que aspiras coca tecnología blanca
tecnología negra tecnología hibrida tecnofalocracia tecnologización
la poesía como tecnología la poesía como herramienta astral de ángeles
mestizos drogados y de mirada oblicua que mean en los parques que jalan coca
beben cerveza y desconsolados embarran sus cuerpos de mierda y poesía que
su llanto sea como una bala desgarrando la sangre de dios

p o e s í a    e s    t e c n o l o g í a

el primer poema del ser humano fue tallar el blando mineral del adn y a su
eternidad darle forma y continuó así, verbo, lanza, rueda, memoria, papel, brújula,
c o n d e n a, s u e ñ o s, g e n o c i d i o, d i o s, s i l e n c i o,
m e s t i z a j e

[[[huelen el amor de dios en los celestiales páramos androides de esta ciudad andina]]]

-la neblina crece-mientras escapa de nuestros hogares como un parásito- 
d e s c o n s o l a d o   y   v i e j o-

las visiones las visiones las visiones santa visión de marihuana negra santa
visión de los desiertos santa visión de los muertos alegres santa visión del
sonido de las sombras santa visión protégeme de los poetas de mi ciudad
santa visión de los cuerpos gangrenados santa visión de cetáceos moribundos

s a n t a   v i s i ó n  s a n t a   s a n t a…

que la poesía florezca entre los pies de niños autistas que mastican mi corazón 
S i n   a m o r   s i n   a s c o  s i n   s a l

mi hijo al que estoy matando es el primer ancestro que olvido
la poesía debe ser un ciborg mestizo*

una poesía que pueda sobrevivir más allá de lo terrestre, de las miradas, de las
lenguas de estos falsos y asesinados dioses y sus ritos, una que pueda ser
entendida por el viento, por los gusanos, por los ebrios y aliens, que aferrados a
dios, lloran y maldicen a todo el universo, por no poder abrazar a las aves, antes
de que estas migren y esparzan sus cantos por sobre la piel de las ballenas

[]saben cuánta poesía crece en el cosmos desde alfa centauro a machupicchu, saben cuántos poetas han sido abducidos y han visto -hermosos ellos que saben que no existe la poesía sin sangre- que el fin último de los sueños es la creación de la maquinaria celestial de los ángeles[]


vivimos el nuevo útero del cosmos este es nuestro reino ofrecido por ginsberg, burroghs, fante, infraín, revueltas, kerouac ángeles hermosos y sexualmente activos mecánicos de la poesía científicos de las letras, verástegui, adán, mariosantiago serpientes emplumadas que zigzaguean en el desierto de brea





__________________________
*
una poesía ciborg mutante en la cual los mecanismos de control de nuestra porción biodegradable humana son modificados externamente por la medicina ancestral del aire del agua del sueño del fuego o de dispositivos arquetípicos de regulación para que esta pueda vivir en un entorno diferente al normal es decir entre poetitas de mierda emocionales, conversacionales, altliterezcos y diurnos que aún creen que la poesía se escribe sobre una máquina y no desde dentro de ella











que es la nada cantando alegres y ebrios santo santo pospunk, retropunk, 
afterpunk
santa la maquinaria que crea los sueños de los ángeles
santo el que abraza su luz mestiza y besa los circuitos del adn
[mirémonos los dedos y veamos cuál de ellos puede señalar mejor el sol]
la poesía es un virus










ten cuidado con su amor




sábado, 27 de mayo de 2017

Solarium - Cris Pavón





Para olvidar es necesario el sol.
Y casas hechas de aire
Casas de techos de aire y paredes de sol
Así, prefiero ser yo
Y ser carne, para poder llorar
Con un sol azul colgado de mi tímpano enfermo.

Me llaman las voces columpio
En la procesión de los niños perdidos
En ese momento sé que la vida es
Un conjunto de espejos deformes.

¿Por qué no nací árbol?
Yo quiero raíces que se hundan en las cavidades rosas del corazón de la tierra
Pero soy yo
Y soy sol
Y miro,
Desde la ventana húmeda de la soledad
A los alienados.
Me aburro,
Me aturdo,
Me…
Me pierdo.

                           Mejor es pensar en mis lunares.
El camino de lunares que zanja mi ombligo,
Donde los peces más bellos, nadan.

                          Mejor es pensar en la batalla de un cuerpo dentro de otro cuerpo
Por la fragilidad,
Pensar que el odio se expande fácil
Frío por el torrente sanguíneo.
                          Creer que para olvidar es necesario el sol.

¿Cuándo murieron mis ojos y
Por qué no los enterraron?
Están tan secos que los habitantes de mis pupilas
Migraron.

Para olvidar es necesario el sol
De preferencia ese sol azul
Que cuelga de mi tímpano en-fer-mo.





lunes, 22 de mayo de 2017

Contra la Poesía - Witold Gombrowicz





Conferencia pronunciada el 28 de agosto de 1947 en el centro cultural Fray Mocho de Buenos Aires. Publicada en la revista Ciclón de La Habana en 1955.
Sería más razonable de mi parte no meterme en temas drásticos porque me encuentro en desventaja. Soy un forastero totalmente desconocido, carezco de autoridad y mi castellano es un niño de pocos años que apenas sabe hablar. No puedo hacer frases potentes, ni ágiles, ni distinguidas, ni finas, pero ¿quién sabe si esta dieta obligatoria no resultará buena para la salud? A veces me gustaría mandar a todos los escritores del mundo al extranjero, fuera de su propio idioma y fuera de todo ornamento y filigranas verbales, para comprobar qué quedará de ellos entonces. Cuando uno carece de medios para realizar un estudio sutil, bien enlazado verbalmente, sobre, por ejemplo, las rutas de la poesía moderna, empieza a meditar acerca de esas cosas de modo más sencillo, casi elemental y, a lo mejor, demasiado elemental.
No cabe duda de que la tesis de esta nota: que los versos no gustan a casi nadie y que el mundo de la poesía versificada es un mundo ficticio y falsificado, parecerá desesperadamente infantil; y, sin embargo, confieso que los versos no me gustan y hasta me aburren un poco. Lo interesante es que no soy un ignorante absoluto en cuestiones artísticas ni tampoco me falta la sensibilidad poética; y cuando la poesía aparece mezclada con otros elementos, más crudos y prosaicos, por ejemplo en los dramas de Shakespeare, en las obras de Dostoievski, de Pascal, o, sencillamente en el crepúsculo cotidiano, tiemblo como cualquier mortal. Lo que difícilmente aguanta mi naturaleza es el extracto farmacéutico y depurado de la poesía que se llama "poesía pura" y, sobre todo, cuando aparece versificada. Me cansa el canto monótono de esos versos, siempre elevado, me adormecen el ritmo y la rima, me extraña dentro del vocabulario poético cierta "pobreza dentro de la nobleza" (rosas, amor, noche, lirios), y a veces sospecho que todo ese modo de expresión y todo el grupo social que a él se dedica padecen de algún defecto básico.
Yo mismo creía al principio que esto se debía a una particular deficiencia de mi "sensibilidad poética" pero cada vez tomo menos en serio los slogans que abusan de nuestra credulidad. No hay cosa más instructiva que la experiencia y por eso empecé a realizar algunas muy curiosas: leía cualquier poema alte- rando intencionalmente su orden de tal suerte que se convertía en un absurdo y ninguno de mis oyentes (finos y cultos, por cierto, y fervientes admiradores de aquel poeta) advertía la treta; o, analizando en forma detallada el texto de un poema más extenso, comprobaba con asombro que los "admiradores" ni siquiera lo habían leído completo. ¿Cómo puede ser esto entonces? ¿Admirarlo tanto y no leerlo? ¿Gozar tanto de la "precisión matemática" de las palabras y no percibir una fundamental alteración en el orden de la expresión? Pero lo que pasa es que todo este cúmulo de ficticios goces, admiraciones y deleites está basado sobre un convenio de mutua discreción: cuando alguien declara que le encanta la poesía de Valéry es mejor no acosarlo demasiado con indiscretas investigaciones, porque entonces se pondría en evidencia una realidad tan distinta de todo lo que nos imagina- mos, y tan sarcástica, que nos sentiríamos sumamente molestos. El que deja por un momento las conversaciones del juego artístico, enseguida tropieza con un enorme montón de ficciones y falsificaciones, cual un escolástico escapado de los principios aristotélicos.
Me encontré, pues, cara a cara con el siguiente dilema: miles de hombres hacen versos; otros miles les demuestran gran admiración; grandes genios se expresan por medio del verso; desde tiempos inmemoriales el poeta y los versos son venerados; y frente a esa montaña de gloria: yo, con mi convicción de que la misa poética se efectúa en el vacío casi completo.
¡Valor, señores! En vez de huir de ese hecho expresamente, tratemos de buscar sus causas como si fuese un hecho como cualquier otro.
¿Por qué no me gusta la poesía pura? Por las mismas razones por las cuales no me gusta el azúcar "puro". El azúcar encanta cuando lo tomamos junto con el café, pero nadie se comería un plato de azúcar: sería ya demasiado. Es el exceso lo que cansa en la poesía: exceso de la poesía, exceso de palabras poéticas, exceso de metáforas, exceso de nobleza, exceso de depuración y de condensación que asemejan los versos a un producto químico.
¿Cómo hemos llegado a este grado de exceso? Cuando un hombre se expresa en forma natural, es decir en prosa, su habla abarca una gama infinita de elementos que reflejan su naturaleza entera; pero he aquí que vienen los poetas y proceden a eliminar gradualmente del habla humana todo elemento apoético, en vez de hablar empiezan a cantar y de hombres se convierten en bardos y vates, consagrándose única y exclusivamente al canto. Cuando un trabajo semejante de depuración y eliminación se mantiene durante siglos llégase a una síntesis tan perfecta que no quedan más que unas pocas notas y la monotonía tiene que invadir forzosamente el campo del mejor poeta. El estilo se deshumaniza; el poeta no toma como punto de partida la sensibilidad del hombre común sino la de otro poeta, una sensibilidad "profesional" y, entre los profesionales, se crea un lenguaje tan inaccesible como los otros dialectos técnicos; y, subiendo unos sobre los hombros de otros, forman una pirámide cuya punta ya se pierde en el cielo, mientras nosotros nos quedamos abajo algo confundidos. Pero lo más importante es que todos ellos se vuelven esclavos de su instrumento porque esa forma es ya tan rígida y precisa, sagrada y consagrada que deja de ser un medio de expresión: y podemos definir al poeta profesional como un ser que no se puede expresar a sí mismo porque tiene que expresar los versos.
Por más que se diga que el arte es una especie de clave, que el arte de la poesía consiste precisamente en lograr una infinidad de matices con pocos elementos, tales y parecidos argumentos no ocultarán el primordial fenómeno de que con la máquina del verbo poético ha ocurrido lo mismo que con todas las demás máquinas, pues en vez de servir a su dueño se ha convertido en un fin en sí; y, francamente, una reacción contra ese estado de cosas parece aún más justificada aquí que en otros campos porque aquí estamos en el terreno del humanismo par excellence.
Existen dos formas de humanismo básicas y diametralmente opuestas: una que podríamos llamar "religiosa" que coloca al hombre de rodillas ante la obra cultural de la humanidad y otra, laica, que trata de recuperar la soberanía del hombre frente a sus dioses y sus musas. El abuso de cualquiera de estas formas tiene que provocar una reacción y es cierto que una reacción así contra la poesía sería hoy totalmente justificada porque, de vez en cuando, hay que parar por un momento la producción cultural para ver si lo que producimos tiene todavía alguna vinculación con nosotros. Posiblemente los que han tenido la oportunidad de leer algún texto artístico mío se sentirán extrañados por lo que digo, ya que soy en apariencia un autor típicamente moderno, difícil, complicado y aun a veces quien sabeaburrido. Pero, téngase en cuenta que yo no aconsejo a nadie prescindir de la perfección ya alcanzada, sino que considero que esta perfección, este aristocrático hermetismo del arte debe ser compensado de algún modo y que, por ejem- plo, cuanto más el artista es refinado, tanto más debe tomar en cuenta a los hombres menos refinados y cuanto más es idealista tanto más debe ser realista. Este equilibrio a base de compensaciones y antinomias es el fundamento de todo buen estilo, más, en los poemas no lo encontraremos, y tampoco se puede notar en la prosa moderna influenciada por el espíritu de la poesía. Libros como La muerte de Virgilio, de Hermann Broch o aun el celebrado Ulises de Joyce resultan imposibles de leer por ser demasiado "artísticos". Todo allí es perfecto, profundo, grandioso, elevado y, al mismo tiempo, nada nos interesa porque sus autores no lo han escrito para nosotros sino para el Dios del Arte.
Pero la poesía pura además de constituir un estilo hermético y unilateral, constituye también un mundo hermético. Y sus debilidades aparecen con más crudeza aún, cuando se contempla el mundo de los poetas en su aspecto social. Los poetas escriben para los poetas. Los poetas son los que rinden homenaje a su propio trabajo y todo este mundo se parece mucho a cualquier otro de los tantos y tantos mundos especializados y herméticos que dividen la sociedad contem- poránea. Los ajedrecistas consideran el ajedrez como la cumbre de la creación humana, tienen sus jerar- quías, hablan de Capablanca como los poetas hablan de Mallarmé y, mutuamente, se rinden todos los honores. Pero el ajedrez es un juego mientras que la poesía es algo más serio y lo que resulta simpático en los ajedrecistas, en los poetas es signo de una mez- quindad imperdonable. La primera consecuencia del aislamiento social de los poetas es que en el mundo poético todo se hincha, y aún los creadores mediocres llegan a adquirir dimensiones apocalípticas y, por el mismo motivo, los problemas de poca monta cobran una trascendencia que asusta. Hace tiempo hubo entre los poetas una gran polémica sobre la famosa cuestión de las asonancias y parecía que la suerte del universo dependía del hecho de si es posible rimar "espesura" y "susurran". Es lo que sucede cuando el espíritu gremial domina al universal.
La segunda consecuencia es aún más desagradable: el poeta no sabe defenderse de sus enemigos. Y así vemos cómo en el terreno personal y social se pone en evidencia la misma estrechez de estilo que hemos mencionado más arriba. El estilo no es otra cosa sino una actitud espiritual frente al mundo, pero hay varios y el mundo de un zapatero o de un militar tiene poco que ver con el mundo de los versos: como los poetas viven entre ellos y entre ellos forman su estilo, eludiendo todo contacto con ambientes distintos, quedan dolorosamente indefensos frente a los que no com- parten sus credos. Lo único que son capaces de hacer, cuando se ven atacados es afirmar que la poesía es un don de los dioses, indignarse contra el profano o lamentarse por la barbarie de nuestros tiempos lo que, por cierto, resulta bastante gratuito. El poeta se dirige sólo a aquel que ya está compenetrado con la poesía, es decir a uno que ya es poeta, pero esto es como si un cura endilgara su sermón a otro cura. ¡Cuánta más importancia tiene, sin embargo, para nuestra formación el enemigo que el amigo! Sólo frente al enemigo podemos verificar plenamente nuestra razón de ser y sólo él nos procura la clave de nuestros puntos débiles y nos pone el sello de la universalidad. ¿Por qué, entonces, los poetas huyen ante el choque salvador? Ah, porque carecen de medios, de actitud, de estilo para afrontarlo. ¿Y por qué les faltan estos medios? Ah, porque eluden el choque...
La más seria dificultad de orden personal y social que debe afrontar el poeta proviene de que él, consi- derándose superior como sacerdote de la poesía, se dirige a sus oyentes desde más arriba; pero los oyen- tes no siempre reconocen su derecho a la superiori- dad y no quieren oírlo desde abajo. Cuanto más aumenta el número de personas que ponen en duda el valor de los poemas y faltan el respeto al culto, tanto más delicada y cercana al ridículo se vuelve la actitud del vate. Mas, por otra parte, crece también el núme- ro de los poetas, y a todos los excesos de la poesía ya enumerados hay que añadir el exceso de bardos y el exceso de versos.
Estas ultrademocráticas cifras minan desde el inte- rior la aristocrática y orgullosa actitud del mundo de los poetas y nada más comprometedor, en ese senti- do, que cuando se los ve a todos reunidos, por ejem- plo, en un congreso: una muchedumbre de seres excepcionales. Un artista que en verdad se preocupe por la forma buscaría alguna salida a este callejón, porque sin duda estos problemas en apariencia sólo personales están estrechamente vinculados con el arte y la voz del poeta no suena bien, ni puede ser seria y convincente mientras él mismo quede ridiculizado por tales contrastes.
Un artista creador y vital no vacilaría en cambiar totalmente de actitud y, por ejemplo, él desde abajo se dirigiría a la gente: como el que pide el favor de ser reconocido y aceptado o como el que canta pero al mismo tiempo sabe que aburre. Podría también pro- clamar públicamente esas antinomias y escribir sus versos sin estar satisfecho de ellos y anhelando ser cambiado y renovado por el choque regenerador con los demás hombres. Pero no es posible exigir tanto a los que dedican toda su energía a la "depuración" de su rima. Los poetas siguen agarrándose febrilmente a una autoridad que no tienen y embriagándose a sí mismos con la ilusión del poder. ¡Qué ilusos! De cada diez poemas uno por lo menos cantará el poder del Verbo y la elevada misión del Poeta lo que, justa- mente, demuestra que el Verbo y la Misión están en peligro... y los estudios o reseñas sobre poesía nos procuran una rara impresión: porque su inteligencia, sutileza y finura están en contraste con el tono que es a la vez ingenuo y pretencioso. Todavía no han com- prendido los poetas que de la poesía no se puede hablar en tono poético y por eso sus revistas están lle- nas de poetizaciones sobre la poesía muy a menudo horripilantes por su estéril malabarismo verbal. A esos pecados mortales contra el estilo los lleva el temor que sienten ante la realidad y la necesidad de encontrar a toda costa una afirmación de su quebrantado prestigio.
La ceguera voluntaria se nota también en ese simplismo tremendo en que caen hombres, por otra parte muy inteligentes, cuando se trata de su suerte. Muchos poetas pretenden salvarse de las dificultades expuestas más arriba declarando que ellos escriben sólo para sí mismos, para su propio goce estético aun- que al mismo tiempo hacen lo posible por publicar sus obras. Otros buscan la salvación en el marxismo y afirman con toda seriedad que el pueblo es capaz de asimilar sus refinadísimos y difíciles poemas, productos de siglos de cultura. Ahora la mayoría de los poetas cree firmemente en la repercusión social de los versos y nos dirán extrañados: "Pero cómo puede usted dudar... Vea las muchedumbres que asisten a cada recital poético. ¡Cuántas ediciones se publican! Cuánto se escribe sobre la poesía y cuán admirados son los que conducen a los pueblos por el camino de la Belleza."
No se les ocurre pensar que en un recital poético es casi imposible asimilar un verso (porque no basta escuchar un verso moderno una sola vez para entenderlo), que miles de libros se compran para no ser leídos nunca, que los que escriben en los periódicos sobre poesía son poetas y que los pueblos admiran sus poetas porque necesitan mitos. No se dan cuenta que si las escuelas no enseñasen a los niños el culto de los poetas en sus tristes y tan formales clases de idioma nacional y si este culto no se mantuviera todavía por inercia entre los adultos nadie, fuera de unos pocos aficionados, se interesaría en ellos. No quieren ver que esa supuesta admiración por el canto versificado es en realidad el resultado de muchos factores como la tradición, la imitación y, aún otros, como el sentimiento religioso o la afición deportiva (porque asistimos a un recital poético del mismo modo que a una misa sin comprenderloy sólo cumpliendo un acto de presencia frente a un rito; y porque nos interesa la carrera de los poetas hacia la gloria así como nos interesan las carreras de caballos); no, ese complicado proceso de la reacción de las multitudes se reduce para ellos a la fórmula: "el verso encanta porque es bello..."

Que me disculpen los poetas. Yo no los ataco para molestarlos y gustoso tributaré homenaje a los altos valores personales de muchos de ellos; sin embargo ya se ha colmado el cáliz de sus pecados. Hay que abrir las ventanas de esta hermética casa y sacar sus habitantes al aire fresco, hay que sacudir la pesada, majestuosa y rígida forma que los abruma. Poco me importa que digáis pestes de mí y de mi nota. ¿Acaso puedo esperar que aceptéis un juicio que os quita la razón de ser? Y, además, mis palabras están destina- das a la nueva generación. El mundo se vería en situación desesperada si cada año no entrase un nuevo contingente de seres humanos, frescos, libres del pasado, no comprometidos con nadie ni con nada, no paralizados por puestos, glorias, obligaciones y res- ponsabilidades, seres, en fin, no definidos por lo que ya han hecho y, por lo tanto, libres para elegir. 

Sorda y muda - Angela Marinescu






estoy sorda y muda
porque escribo
estoy ciega y con la lengua rota
porque escribo
no puedo hacerte el amor
porque escribo
no puedo sentirte
porque escribo
me he quedado sin sangre
porque escribo
y sólo el diablo enseña
su rostro cincelado
en la noche oscura
porque escribo
sólo el diablo destruye
la poesía
que hay en mí
porque
escribo


Poema trágico con dudosos logros cómicos - José Watanabe





Mi familia no tiene médico
             ni sacerdote ni visitas
y todos se tienden en la playa
saludables bajo el sol del verano.

Algunas yerbas nos curan los males del estómago
y la religión sólo entra con las campanas alborotando los canarios.

Aquí todos se han muerto con una modestia conmovedora,
mi padre, por ejemplo, el lamentable Prometeo
silenciosamente picado por el cáncer más bravo que las águilas.

Ahora nosotros
         ninguno doctor o notable
en el corazón de modestas tribus,
              la tribu de los relojeros
              la más triste de los empleados públicos
              la de los taxistas
              la de los dueños de fonda
de vez en cuando nos ponemos trágicos y nos preguntamos por la muerte.

Pero hoy estamos aquí saludables escuchando el murmullo
                                                          de la mar que es el morir.

Y este murmullo nos reconcilia con el otro murmullo del río
por cuya ribera anduvimos matando sapos sin misericordia,
reventándolos con un palo sobre las piedras del río tan metafórico
                                                        que da risa.

Y nadie había en la ribera contemplando nuestras vidas hace años
sino solamente nosotros
los que ahora descansamos colorados bajo el verano
como esperando el vuelo del garrote
                                     sobre nuestra barriga
                                     sobre nuestra cabeza
                                            nada notable
                                           nada notable.



Privado - Richard Jackson




A veces sólo espero que el camino llegue aquí.
A veces pienso que existo en un mundo paralelo, como esta
mañana en este particular domingo de septiembre en Nueva York.
El modo en que se sintió Confucio al comenzar su carrera como inspector
de maíz. Sólo tienes que encontrar algo en que ocupar tu tiempo.
Como esta historia en el periódico sobre los peces: El mero
nace hembra para convertirse luego en macho. ¿Acaso no nos dice
esto algo sobre nuestra confusión sexual? No la mía, claro.
Es como Tiresias, que primero hace de uno, luego de otro.
Es como la manera en que ahora cuentan que el universo va
rebotando de Big Bang en Big Bang. Toda la teoría
se parece al grafiti que alguien pintó en Bowery Street.
No importa, todavía puedes oír a la luna frotándose
la espalda contra las estrellas. En alguna garganta están atascados
todos los significados. Una cría de petirrojo ingiere 4 metros
de lombrices de tierra al día. Eso me hace pensar en –
bueno, no estoy seguro, pero si lo he escrito aquí debe de ser
importante. ¿No lo ves? Todas las ventanas son ajenas.
Estoy escuchando la guitarra de jazz de Kenny Burrell deslizándose hacia
cada esquina de la habitación. El aire se descuelga. Las paredes se desploman.
Me pregunto si Tomaz estará en la cena después de la lectura.
Algunos dicen que camina sobre el aire. Otros, que es un ser alado.
Hace mucho tiempo que yo mismo no camino sobre las aguas.
Es posible que esté soñando con Tiepolo, su favorito, o con Fra Angelico.
Yo prefiero a Caravaggio y a todas las víctimas que pintó como santos y
profetas. Él debió de haber sido la nube que se cernía sobre sus cabezas
mientras suplicaban. 300 millones de células mueren en el cuerpo
cada minuto sin ayuda de nadie. “Manténganse firmes”
dijo Paul Watson en la sala el otro día, pero ¿“mantenerse”? ¿y
de qué? No del cielo que continúa desenrollándose como un torno
hasta convertirse en mi techo. Lo cual no significa que esté más cerca.
El cielo está sólo a un pecado de distancia, la vieja canción de Kendall.
O a un susurro, según otra versión. Y qué. Tampoco nadie
sabe lo que Jesús escribió en la tierra. La pica es una enfermedad
que te hace comer tierra. La sexomnia es una enfermedad en la que
se practica sexo durante el sueño. Con eso se ahorra mucho tiempo.
Todos los relojes de Pulp Fiction marcan las 4:20. Las comadrejas
reinan en los bosques detrás de mi casa en Tennessee. Tienen
los ojos nublados y serían feroces si no fuesen tan estúpidas
y se diesen cuenta de lo afilados que están sus colmillos y sus garras.
El ojo del avestruz es mayor que su cerebro. Se parece
a los cerebros de Wall Street que se encogen con cada rumor.
Un avestruz te puede dar una patada mortal pero tú puedes volar más lejos.
No como mi perrita Maggie, que incluso le teme al viento.
Si tienes suficiente entretenimiento o un buen asesor de imagen,
no tienes por qué confrontar la verdad. De ahí, este poema.
Y quién ha de comprobar jamás qué significa todo esto-  como
que el río subterráneo que pasa por debajo del Nilo es seis veces
mayor. Testificar significaba originalmente jurar sujetándose
los testículos. Sólo hay dos cosas inventadas
en este poema, pero la verdad es que sólo el futuro las podrá revelar.
El futuro es el halcón que escuché pero no pude ver en lo alto de
los árboles abrumado por los cuervos que defendían sus nidos.
El pasado es una sierra eléctrica. No hay temor que no pueda ser
traducido a alguna forma de amor. El 21% de las ranas de las afueras de
Connecticut se han vuelto hermafroditas. Beben demasiados
herbicidas, retardantes del fuego y pesticidas, como nosotros.
Las aceitunas negras, ésas son mis favoritas. Son estrellas que
se han extinguido. A veces las farolas están alineadas
de tal modo que tienes dos sombras. Tienes que mirar a la otra
para no perderte. Una quimera es una persona que tiene dos
cadenas de ADN. Nunca sé por dónde anda mi mitad o qué es lo que
dice ella. Algunos de mis estudiantes creen que soy Marvin Bell
pero no entiendo por qué no ven que Marvin es realmente yo.
Una estrella de mar puede volverse del revés y esconder sus sentimientos.
¿Qué son estas palabras sino la piel mudada de alguna serpiente
que se ha calentado toda la tarde en la roca de un desierto?
Ése es Marvin, el que nos acaba de llevar al desierto, no yo.
La luz del sol que pega en la tierra a cada momento pesa
tanto como un transoceánico. Me pregunto si Terri y Kari regresarán
antes de que me tenga que ir. Esperaré. En reposo generamos
100 vatios de electricidad, pero si los utilizásemos seríamos
víctimas de combustión espontánea. No hay razón por la que
no podamos estar en dos lugares al mismo tiempo. Todo se parece
como a un recuerdo de escaparates tapiados con tablas. Justo ahora, la guitarra
de Kenny Burrell alcanza el clímax antes de sosegarse en un Soul Lament.
Puedo grabarte este CD. Su música es como una fotografía.
El mundo sigue clavándose en su retina. Parece que todo se detenga.
Cuando las galaxias dejan de girar pierden el equilibrio como ruedas averiadas.
Estas palabras son como las ranas de Borneo, que no tienen pulmones.
La polilla emperador puede oler a la hembra a 7 millas.
Siempre sabe cuándo el fin está cerca. Una pared de grafiti
se pinta siempre sobre otra. Quizás no haya final.
Podríamos continuar así eternamente. Pero ya están todos allí.
Es posible que lleguemos tarde a la lectura, pero el poema tiene que
terminar, como un camión de basura cargado de excusas, camino al vertedero.