La música le había conmovido ya de ese modo. La música le había turbado muchas veces. Pero la música no es definida. No es un mundo nuevo, sino un nuevo caos lo que crea en nosotros. ¡Palabras! ¡Simples palabras! ¡Cuán terribles son! ¡Qué claras, y vivas, y crueles! ¡Imposible escapar de ellas! Y, sin embargo, ¡qué magia sutil reside en ellas! Parecen capaces de dar forma plástica a cosas informes y posee música propia tan dulce como la música del violín o del laúd.
¡Simples palabras! ¿Hay acaso nada más real que las palabras? Sí; cosas había en su infancia que él no pudo entender. Ahora las comprendía. Súbitamente, la vida se tornaba del color del fuego para él.
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