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lunes, 22 de mayo de 2017

Privado - Richard Jackson




A veces sólo espero que el camino llegue aquí.
A veces pienso que existo en un mundo paralelo, como esta
mañana en este particular domingo de septiembre en Nueva York.
El modo en que se sintió Confucio al comenzar su carrera como inspector
de maíz. Sólo tienes que encontrar algo en que ocupar tu tiempo.
Como esta historia en el periódico sobre los peces: El mero
nace hembra para convertirse luego en macho. ¿Acaso no nos dice
esto algo sobre nuestra confusión sexual? No la mía, claro.
Es como Tiresias, que primero hace de uno, luego de otro.
Es como la manera en que ahora cuentan que el universo va
rebotando de Big Bang en Big Bang. Toda la teoría
se parece al grafiti que alguien pintó en Bowery Street.
No importa, todavía puedes oír a la luna frotándose
la espalda contra las estrellas. En alguna garganta están atascados
todos los significados. Una cría de petirrojo ingiere 4 metros
de lombrices de tierra al día. Eso me hace pensar en –
bueno, no estoy seguro, pero si lo he escrito aquí debe de ser
importante. ¿No lo ves? Todas las ventanas son ajenas.
Estoy escuchando la guitarra de jazz de Kenny Burrell deslizándose hacia
cada esquina de la habitación. El aire se descuelga. Las paredes se desploman.
Me pregunto si Tomaz estará en la cena después de la lectura.
Algunos dicen que camina sobre el aire. Otros, que es un ser alado.
Hace mucho tiempo que yo mismo no camino sobre las aguas.
Es posible que esté soñando con Tiepolo, su favorito, o con Fra Angelico.
Yo prefiero a Caravaggio y a todas las víctimas que pintó como santos y
profetas. Él debió de haber sido la nube que se cernía sobre sus cabezas
mientras suplicaban. 300 millones de células mueren en el cuerpo
cada minuto sin ayuda de nadie. “Manténganse firmes”
dijo Paul Watson en la sala el otro día, pero ¿“mantenerse”? ¿y
de qué? No del cielo que continúa desenrollándose como un torno
hasta convertirse en mi techo. Lo cual no significa que esté más cerca.
El cielo está sólo a un pecado de distancia, la vieja canción de Kendall.
O a un susurro, según otra versión. Y qué. Tampoco nadie
sabe lo que Jesús escribió en la tierra. La pica es una enfermedad
que te hace comer tierra. La sexomnia es una enfermedad en la que
se practica sexo durante el sueño. Con eso se ahorra mucho tiempo.
Todos los relojes de Pulp Fiction marcan las 4:20. Las comadrejas
reinan en los bosques detrás de mi casa en Tennessee. Tienen
los ojos nublados y serían feroces si no fuesen tan estúpidas
y se diesen cuenta de lo afilados que están sus colmillos y sus garras.
El ojo del avestruz es mayor que su cerebro. Se parece
a los cerebros de Wall Street que se encogen con cada rumor.
Un avestruz te puede dar una patada mortal pero tú puedes volar más lejos.
No como mi perrita Maggie, que incluso le teme al viento.
Si tienes suficiente entretenimiento o un buen asesor de imagen,
no tienes por qué confrontar la verdad. De ahí, este poema.
Y quién ha de comprobar jamás qué significa todo esto-  como
que el río subterráneo que pasa por debajo del Nilo es seis veces
mayor. Testificar significaba originalmente jurar sujetándose
los testículos. Sólo hay dos cosas inventadas
en este poema, pero la verdad es que sólo el futuro las podrá revelar.
El futuro es el halcón que escuché pero no pude ver en lo alto de
los árboles abrumado por los cuervos que defendían sus nidos.
El pasado es una sierra eléctrica. No hay temor que no pueda ser
traducido a alguna forma de amor. El 21% de las ranas de las afueras de
Connecticut se han vuelto hermafroditas. Beben demasiados
herbicidas, retardantes del fuego y pesticidas, como nosotros.
Las aceitunas negras, ésas son mis favoritas. Son estrellas que
se han extinguido. A veces las farolas están alineadas
de tal modo que tienes dos sombras. Tienes que mirar a la otra
para no perderte. Una quimera es una persona que tiene dos
cadenas de ADN. Nunca sé por dónde anda mi mitad o qué es lo que
dice ella. Algunos de mis estudiantes creen que soy Marvin Bell
pero no entiendo por qué no ven que Marvin es realmente yo.
Una estrella de mar puede volverse del revés y esconder sus sentimientos.
¿Qué son estas palabras sino la piel mudada de alguna serpiente
que se ha calentado toda la tarde en la roca de un desierto?
Ése es Marvin, el que nos acaba de llevar al desierto, no yo.
La luz del sol que pega en la tierra a cada momento pesa
tanto como un transoceánico. Me pregunto si Terri y Kari regresarán
antes de que me tenga que ir. Esperaré. En reposo generamos
100 vatios de electricidad, pero si los utilizásemos seríamos
víctimas de combustión espontánea. No hay razón por la que
no podamos estar en dos lugares al mismo tiempo. Todo se parece
como a un recuerdo de escaparates tapiados con tablas. Justo ahora, la guitarra
de Kenny Burrell alcanza el clímax antes de sosegarse en un Soul Lament.
Puedo grabarte este CD. Su música es como una fotografía.
El mundo sigue clavándose en su retina. Parece que todo se detenga.
Cuando las galaxias dejan de girar pierden el equilibrio como ruedas averiadas.
Estas palabras son como las ranas de Borneo, que no tienen pulmones.
La polilla emperador puede oler a la hembra a 7 millas.
Siempre sabe cuándo el fin está cerca. Una pared de grafiti
se pinta siempre sobre otra. Quizás no haya final.
Podríamos continuar así eternamente. Pero ya están todos allí.
Es posible que lleguemos tarde a la lectura, pero el poema tiene que
terminar, como un camión de basura cargado de excusas, camino al vertedero.

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